sábado, julio 15, 2017

Solo sé que nada sé.



El conocimiento es poder, resuena a lo lejos el recuerdo de la voz grave del locutor de radio Bio Bio, que me acompañó toda mi infancia y adolescencia de camino al colegio; "Quien no está informado, no puede tener opinión" se escucha junto a una musiquita de radio-novela de suspenso. 
Miro a mi papá que va manejando con ambas manos al volante, me mira de reojo por el retrovisor y me dice: "Panchita, uno tiene que interesarse por las cosas, no importa que sea, la curiosidad es lo más importante" corto y al pie. Yo repito en mi cabeza la frase de la radio y achico los ojos con determinación mientras mi papá va silbando alguna canción. Pienso; mi papá es como el Sr. Miyagui.

Eso ha regido mi vida y cada vez que no sé algo (o peor, que no puedo opinar porque el tema me excede) me asalta el recuerdo de la radio... el recuerdo del limpia-parabrisas incansable intentando empujar la lluvia tupida que resuena en el Jeep como un tambor, las manos de mi papá al volante y su mirada por el retrovisor. No puedo ser tan inútil. Me castigo mentalmente por no estar a la altura de mi crianza, en un loop de vergüenza y deshonor.

Es por eso que siempre he sido una vieja chica, opinando en la mesa de adultos (lugar al que me solia escapar en las cenas después de que la mesa de niños se disipara), ahí todo era más interesante... las conversaciones, la comida y los restitos de vino que me juntaba mi abuela para "probar, porque tiene que aprender a probar de todo". Tenia 10 años y sentía que pertenecía a esa mesa, no a la otra.

Todo eso que le resulta tierno a los mayores a mis pares les genera reacciones que oscilan entre asombro y desagrado. La verdad es que no soy ninguna luz, se mucho menos del promedio de lo que saben mis amigos y leo poco (infinitamente menos de lo que me gustaría), pero se asombrarían al ver lo increíblemente irritante que puede ser para una persona que siempre tengas algo para opinar, por escueto que sea.
A la gente no le gusta que pienses tanto sobre todo, he llegado a entender, la gente odia el concepto de argumento; "para que te complicas" me han dicho entre muchas otras frases pasivo-agresivas. Si, en un mundo de tweets, a la gente no le gustan las respuestas largas, en un mundo de Instagram, a la gente no le gusta hablar sobre temas feos.
A las personas les resulta increíble que tengas algo para decir de un tema que no es "tu área" ...mucho más siendo mujer.
Cuando sabes algo que excede a las expectativas del resto, no tienen reparo en hacértelo saber, de poner cara de sorpresa y decir ¿Como sabes todas estas cosas? ...
Y, no sé, porque fui al colegio, a la universidad, tengo internet y 5 sentidos.
Yo me pregunto ¿En qué mundo paralelo no es ofensivo que alguien se sorprenda de que tengas una capacidad que es absolutamente regular?


Por suerte, otra cosa que me enseñaron en mi casa es diplomacia, tacto y cordialidad, así que digo "gracias", pero no es un agradecimiento al mal formulado elogio, es un gracias dedicado al  recuerdo de esos viajes al colegio, a mi papá y la radio Bio Bio.

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