domingo, julio 09, 2017

Voluntades

"Eso no es para ti" ;"¿no crees que es un poco difícil?" ; "cuídate, te va a afectar"; "no te involucres tanto" ; "te vas a meter en un problema" ; "no te va a resultar", "no puedes resolverlo" ...

"No puedes resolverlo"

Siento un hormigueo en la punta de los dedos de las manos y pies, una sensación tan desagradable, como si tuviera los dedos pegados unos con otros, como si quisiera arrancarme las uñas. Me late fuerte el corazón, puedo escucharlo... Tengo que sacarme esa sensación de ahí, quiero sacudirla de mis manos pero ya es muy tarde, se desliza hasta mi centro, ahí en el estomago se rejunta y revuelve, me retuerzo toda, se apodera de mi y el corazón ya no me da más, se me va a salir por entre las costillas o quizás las rompa todas. Ahí en ese momento toda la presión que tengo en el medio del cuerpo asciende como un relámpago hasta mi garganta, se atora, me ahoga, me quedo sin palabras, todas ahí apelotonadas y asfixiantes, sin palabras y sin aire, me estoy muriendo. Toso para vivir, saco eso de ahí por instinto y reflejo y toda esa sensación retumba en mi cabeza, ensordecedora explosión que se entierra en mi frente y se esparce por toda mi sien. Se queda justo ahí latiendo; una voluntad implacable.

He descubierto con los años que mis limites de tolerancia no son menores sino más evidentes. Me he dado licencia, con el pasar del tiempo, de perder el pudor a vivir bajo mis propias reglas, de censar el mundo con mis propios sentidos y de actuar en consecuencia de ello.

Quiero resolverlo, quiero involucrarme, quiero sentirlo, quiero intentarlo, quiero deshacerme y reinventarme, quiero vivir hasta el fondo de mis convicciones; porque soy libre, porque puedo y porque quiero.


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